Historia del arte: Arte colonial

El arte colonial fue una consecuencia de la llegada de los europeos a América en el siglo XVI. Al tratar de imponer su estilo de vida, principalmente en lo referente a la religión, fue necesario desarrollar todas las artes a fin de de lograr la evangelización. Por ende, el arte colonial fue el resultado de mezclar las culturas indígena y europea.

La arquitectura colonial consistió principalmente en edificaciones religiosas: iglesias, conventos, catedrales y monasterios. En estas constucciones se aprecian variadas influencias, destacando la romántica, gótica, mudéjar y renacentista; esto debido principalmente a que eran los frailes quienes dictaban los parámetros del arte y quienes se encargaban de la construcción. Cada orden mendicante se identificaba con un elemento: la franciscana con los techados de viguería, la dominica con las construcciones recias y los agustinos con edificaciones suntuosas y decoradas con pinturas al fresco.

Antiguo Colegio Jesuita, hoy Museo Nacional del Virreinato

Catedral de Querétaro

Con la llegada del barroco a tierras americanas, las construcciones se vuelven mucho más fastuosas y ornamentadas. En cuanto a las edificaciones civiles, las más comunes fueron los palacios citadinos. Estos se caracterizaban por sus fachadas ostentosas. A pesar de la influencia ya barroca, conseran todavía el esquema y la distribución renacentistas.

Catedral Metropolitana

Iglesia de Santo Domingo en Oaxaca

Interior de Santo Domingo

El Árbol de la Vida. Detalle de la Iglesia de Santo Domingo

Tanto la escultura como la pintura surgen por la necesidad de contar con imágenes devocionales para decorar los templos y conventos, así como para facilitar la evangelización. Llegan de Europa maestros escultores y pintores y también se les enseña el oficio a los indígenas. En un principio, se copiaban las imágenes provenientes de Europa; con el tiempo los indígenas las adoptaron a la sociedad mezstiza en la que vivían.