Arte prehistórico

Se le llama prehistoria el periodo de la humanidad del que carecemos de documentos escritos. Para su estudio se divide en tres periodos:

• Paleolítico
• Mesolítico
• Neolítico

Para comprender el arte de este periodo, es necesario recordar las condiciones en las que vivía el hombre. En primer lugar, la producción a la que le podemos llamar artística no tuvo este fin precisamente, sino que el hombre se vio en la necesidad de crearla a fin de poder sobrevivir. Por esa razón, durante este periodo predomina la producción de instrumentos y herramientas y de manifestaciones artísticas vinculadas con sus creencias religiosas.

En la arquitectura, destaca la construcción del dolmen, el cual consiste en una losa superior de forma horizontal, sostenida por dos losas inferiores de modo vertical. El ejemplo más representativo es Stonehenge.

Dolmen de Merilles


Dolmen de Poitou

Stonehenge

La manifestación artística más característica de la prehistoria es la pintura parietal o rupestre, desarrollada durante el Paleolítico superior. Esta, como su nombre lo indica, se realizaba en los muros del interior de las cuevas. Usualmente se representaban animales, siendo los más frecuentes bisontes y caballos, aunque también hubo figuras humanas.

Figuras humanas cazando


Pintura en Lemgazen-Reikes

Se cree que las pinturas rupestres poseían una finalidad mágico-religiosa. Se representaban los animales porque se pensaba que representando en forma pictórica a un animal, se produciría su caza.

Representación de un bisonte en Villar de Humos

Piedra tallada en forma de caballo

En cuanto a la escultura, destacan las llamadas venus, las cuales son representadas con atributos sexuales muy destacados y corresponden al culto a la fertilidad.

Venus de Willendorfe


Venus de Lespugue


Las venus tienen características sexuales muy explícitas